Fernando, los rugbiers y la necesidad de un deporte educado

La muerte de Fernando Báez Sosa no solo abre el debate sobre la violencia en la sociedad, sino también el rol que debe jugar el estado y el deporte en pos de que los actores de una buena vez por todas, reciban una educación de calidad en materia de género, machismo y patriarcado.

En las últimas horas se ha hecho un debate público -como en cada situación que toma conocimiento y se genera una indignación momentánea y efímera- con el caso relacionado al asesinato de Fernando Báez Sosa emboscado y asesinado cobardemente por diez adolescentes rugbiers a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell.

Es una indignación momentánea y efímera, porque somos esclavos del tema del momento y con el correr de las horas, cuando a los medios no les sirva más, seguramente tendremos otro Fernando, como tuvimos una Ángeles Rawson, una Candela o pibes asesinados de manera siniestra y que sus casos, en lugar de tomarlos como referencia y cambiar temas centrales en la justicia, los medios o la educación, simplemente sirvieron para llenar horas de tele boba.

En este caso, se debate de una manera banal y sin profundidad los motivos por los que estos pibes tuvieron el comportamiento que tuvieron y terminaron asesinando a Fernando, aunque probablemente si era otro el implicado, también hubiese tenido el mismo desenlace.

Creo que el debate debería unir los varios puntos analizables y tomarlos como válidos.

Aún así si tomamos cada “justificación” de manera aislada, también podría darse como válida aunque sí serían motivos dispersos e inconclusos.

Es por esto que el Rugby, la violencia patriarcal, el machismo, el alcohol, la estupidez colectiva, la cultura del “no te metás” funcionó como combo letal para la muerte de un nuevo joven con sueños, con una historia por vivir y con una vida arrebatada.

PORQUÉ LA CULPA ES DEL RUGBY AUNQUE NO ES SOLO DEL RUGBY

Enaltecimos y dimos por válidos y excepcionales a los valores del Rugby durante años sin tener en cuenta hechos no aislados de violencia física y psicológica y hasta muertes que los medios en su momento ni siquiera acompañaron, quedando impunes y sin condena.

Por supuesto que el rugby como deporte no es el problema, pero la cultura del aguante, el hecho de ser más grandes, más fuertes y más argentinos por gritar fuerte el himno, esas arengas interminables y cataratas de coberturas mediáticas y tomarlos como ejemplo por un logro deportivo circunstancial, alimentó a niños que, justamente, quisieron ser más fuertes y más grandes.

El tener que pisar al rival bajo cualquier situación de manera individual o en grupo – fue un ejemplo que varios de los pibes en las inferiores tomaron como válido dentro y fuera de la cancha y ese es uno de los porqué, aunque repetimos, no es el único.

El compañerismo -que también surge en otros deportes- potencia esa estupidez conjunta que se vive cuando se es adolescente y que no solo invita a pelear contra el que sea y de ser posible hacerlo mierda, sino también el piropear en conjunto, el abusar a una mujer en manada y también el hacer valer esa fuerza a cualquier precio.

De todos modos, el practicar rugby, como la practica deportiva en sí, no hace que ese sea el único eje del problema, porque hay miles de otros ejemplos en los que el rugby, salva vidas, incluye y brinda valores que perduran para el futuro. Lamentablemente, esto aquí y ahora no ocurrió y esos valores, fueron utilizados como componente letal.

EL EXCESIVO CONSUMO DE ALCOHOL PROMOCIONADO

Las horas de pantalla, terceros tiempos, publicidades estáticas y anuncios radiales sobre el consumo de alcohol y sus beneficios es, también, uno de los motivos por los que se distorsionan accionares y actitudes de jóvenes que piensan, aún sobrios, que se pueden llevar el mundo por delante.

El solo hecho de que en la pantalla o el aviso esté la leyenda “BEBER CON MODERACION. PROHIBIDA SU VENTA A MENORES DE 18 AÑOS”, es escaso.

Es escaso porque es mostrado, primero, con letras diminutas y segundo, porque en varias oportunidades los beneficios son tan maravillosos que las contras quedan dejadas a un lado.

La Formula 1, en su momento, decidió retirar de la publicidad visible a las marcas de cigarrillos y así Ferrari y Mclaren se quedó sin Marlboro, Lotus sin Camel y varias escuderías y marcas sin poder tener una relación comercial.

El estado, en este caso, es el que tiene la pelota, debe dar el ejemplo y prohibir estas publicidades, porque los riesgos son infinitamente mayores a los beneficios.

LA VIOLENCIA MACHISTA, PATRIARCAL, LA CULTURA DEL NO TE METÁS.

Es difícil juzgar a alguien por no meterse, pero ver los innumerables videos en los que se muestra a los agresores agrediendo y a los camarógrafos, filmando y riéndose, también se convierten en algo a analizar, criticar e incluir en los porqué.

Ese combo de la violencia machista y patriarcal que se lleva todo por delante y que es mirado de manera benevolente por aquellos espectadores también forma parte de este gran problema, porque si no te metés, en varias oportunidades se va a escuchar las mismas palabras, No sabés la piña que X le pegó a Y.

La justificación de la violencia machista, misógina y patriarcal es insoportable y algo a erradicar porque en esta situación todos nos ponemos del lado de Fernando porque era una persona cuasi ejemplar, pero si no lo hubiera sido, las preguntas serían, “¿Qué habrá hecho?”, “¿Como estaba vestida?”, o como preguntó en su momento la ponderada y estúpidamente intocable Mirtha Legrand, ¿Vos que hiciste para que te pegara?”.

EL ROL DEL ESTADO, LOS CLUBES Y LA NECESIDAD DE UN CAMBIO.

Dentro de las posibles soluciones que se pueden brindar, siempre existe la herramienta de articulación entre los clubes y el estado.

La creación de un ministerio de las mujeres, diversidad y género en manos de Elizabeth Gómez Alcorta es la punta de lanza para que los clubes tengan múltiples actividades y capacitaciones que permitan, al menos, que los chicos y adolescentes piensen por una o dos horas seguidas cuan mala es la violencia dentro de una sociedad y sobre todo, de que manera pararse o pensar al otro.

Los clubes deben tomar nota y tener conductas ejemplificadoras. No solo a la hora de suspender aquellos deportistas implicados, sino tener un equipo de profesionales que trabajen periódicamente este tipo de problemáticas con los integrantes de cada categoría y que los eduque y acompañe cuando se tienen dudas al respecto.ç

La asunción de Inés Arrondo al frente de la Secretaria de deportes puede también ser de gran ayuda, aunque es necesario que una ley dentro del ámbito deportivo considere cuestiones necesarias para un cambio real.

Dentro de estas cuestiones, está la mano prohibida no solo para rugbiers, sino para cada deportista que tiene la fuerza y el entrenamiento para moler a palos a alguien que no realiza actividades deportivas.

Además la prohibición de esponsoreo a equipos o instituciones deportivas, porque el deporte y el alcohol, siempre, deben ir por veredas contrarias.

Por último, la obligatoriedad de incluir a los clubes en jornadas de violencia de género con contenidos alejados del machismo y el patriarcado en el que estamos inmersos, para que cada una de las instituciones tengan políticas firmes, educacionales y necesarias y que así el deporte y sus actores, de una buena vez por todas estén educados y que ahora sí, no haya otro Fernando Báez Sosa.