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Japón es denunciado por abusar de sus niños deportistas
HRW denunció que el país asiático tiene un plan sistemático de violencia.
Las edades «productivas» de los deportistas han mutado hasta límites insospechados. En varias disciplinas, aquellos atletas que se destacaban en su adultez, han sido desplazados por niños o adolescentes que son «captados» por los cazadores de talentos y que les exigen resultados o buenos desempeños y que basan la preparación en jornadas tortuosas y reiteración constante de determinados movimientos.
Una prueba de ello es la investigación que llevó a cabo Human Rights Watch, la organización que sienta sus bases en la defensa y protección de los Derechos Humanos que denunció en las últimas horas la violación constante de niños y adolescentes en varias disciplinas del deporte japonés.
La investigación que se tituló «Me pegaron más veces de las que puedo contar: el abuso de las atletas infantiles en Japón», centró sus bases en entrevistar a más de 800 ex atletas de más de 50 disciplinas que coincidieron en la violencia a la que son expuestos en los diferentes estadíos deportivos, una práctica que recibe el nombre de taibatsu.
Esa violencia a la que son expuestos en las escuelas, federaciones deportivas y escuelas de Elite, incluye golpes en la cara, patadas, golpes con bates de béisbol o cañas de bambú así como también fueron estrangulados, les negaron agua y hasta sufrieron acosos y abusos sexuales.
«Muchos niños han sido víctima de golpes brutales o de agresiones verbales durante décadas en pos de lograr trofeos o medallas. La violencia física como forma de entrenamiento tiene una larga tradición en Japón y con frecuencia es vista como esencial para lograr la excelencia en la competición y en el desarrollo personal», destacó la responsable de campañas globales de HRW, Minky Worden.
En el informe se resalta que 19 por ciento de los jóvenes consultados por HRW sufrieron algún tipo de agresión por parte de sus entrenadores. A su vez, el 25% fueron obligados a comer de forma excesiva y un 22% a entrenar cuando estaban lesionados sometidos a entrenamientos excesivos. Por último el 18% fue maltratado verbalmente y el 5% acosados o abusados sexualmente.
Según WRH, los entrenadores fueron los responsables directos aunque también se registraron casos en los que los compañeros de equipo protagonizaron los maltratos.
Los testimonios que se desprenden del informe son desgarradarores, las siguientes son citas ilustrativas del informe:
«Me golpearon tantas veces que perdí la cuenta. Todos [en mi equipo actual] habíamos sido golpeados siendo atletas de secundaria, todos experimentamos taibatsu. Yo jugaba a béisbol como lanzador (…) El entrenador me dijo que no me tomaba suficientemente en serio correr [durante los entrenamientos], así que todos fuimos convocados por el entrenador y me golpearon en la cara frente a todos. Estaba sangrando, pero no dejó de pegarme. Le dije que me estaba sangrando la nariz, pero no paró». -Daiki A. (seudónimo), atleta profesional de 23 años, habló de su experiencia jugando a béisbol en la escuela secundaria en la región de Kyushu.
«Utilizamos una gorra para jugar a waterpolo. Sacaban a los atletas de la piscina tirando de la correa de la gorra, ahogándonos. Otro castigo era empujar a los niños bajo el agua para que no pudiéramos respirar (…) Es como el ejército. Los niños más pequeños no eran tan buenos. Se asustaban y abandonaban el deporte». – Keisuke W. (seudónimo), ex jugador de elite de waterpolo de 20 años.
Casi todos los días después del entrenamiento, el entrenador hacía que la atleta de élite Chieko T. se reuniera con él en su aula, donde la hacía desnudarse y le tocaba el cuerpo desnudo, diciendo que era para darle un «tratamiento». «[Siempre] quería vomitar, su olor, manos, ojos, cara … voz, lo odiaba todo de él». – Chieko T. (seudónimo), una atleta de élite de unos 20 años del este de Japón, cuyo entrenador abusó sexualmente de ella mientras afirmaba que estaba tratando su hombro dislocado.
«Me dio un puñetazo en la barbilla y me sangraba la boca. Me levantó por el cuello de mi camiseta. El 90 por ciento de mis compañeros de equipo experimentaron abuso físico (…) Todos hacíamos bromas como ‘¿Todavía no te han golpeado? ¿Cuándo será tu turno?'». – Shota C. (seudónimo), 23 años, ex jugador de béisbol de secundaria en la prefectura de Saitama.
«El entrenador daba patadas a los jugadores y les lanzaba la pelota desde una distancia cercana. Cuando los jugadores usaban cascos, el entrenador les daba golpes con el bate en el casco como castigo por los errores que cometían en el campo». –Tsukuru U. (seudónimo), 20 años, jugador de béisbol de secundaria y preparatoria en Kanagawa.
«El voleibol es el deporte más duro». –Tsubasa Araya, jugador de voleibol de secundaria de 17 años de la prefectura de Iwate que se quitó la vida en julio de 2018 después de lo que sus padres calificaron como «violencia verbal» de su entrenador.
«No recuerdo nunca haber sido alabada por mi entrenador. Todos los días pensaba cómo evitar que mi entrenador me pegara. Nunca pensé que el voleibol fuera divertido (…) Odiaba el voleibol como jugadora». -Naomi Masuko, ex jugadora estrella de voleibol en el equipo nacional femenino de Japón. En 2015, Masuko fundó un torneo de voleibol que prohíbe el abuso por parte de los entrenadores. Ella habló del abuso de los atletas como un ciclo a romper: «Cuando era mayor, hablé con mi entrenador, y él dijo que en su generación era mucho peor. Así que, según sus palabras, entendí que esta experiencia es una cadena. Y que nuestro trabajo es romper esa cadena».
Cabe destacar que según resalta la página web de WHR «En todo el mundo, entrenadores y otros responsables de abuso quedan impunes o son promovidos a cargos en los que pueden amenazar y silenciar a sus acusadores. Dos presidentes de federaciones deportivas, en Haití y Afganistán, han sido acusados de agresión sexual de atletas en los últimos 18 meses. El médico olímpico estadounidense Larry Nassar abusó de cientos de gimnastas femeninas durante décadas. A menudo no se les da credibilidad a los niños y adolescentes que acusan a entrenadores poderosos, que toman como rehén el éxito de los atletas. El 26 de junio, según el New York Times, la triatleta surcoreana de 22 años Choi Suk-hyeon se suicidó después de presentar numerosas quejas ante funcionarios deportivos y gubernamentales sobre el abuso físico y psicológico que sufrió«.
Un informe importante y que nos sirve para repensar en que estado está el deporte mundial y cuales son los controles que deberían darse también en las diversas estructuras del deporte nacional.