Tres meses de gestión, ¿Los mismos problemas?

La política deportiva cambió de manos, pero aún no llegaron decisiones de fondo y los clubes siguen sufriendo las mismas problemáticas tarifarias. Los gestos y reuniones están, pero… ¿falta mucho para que lleguen las medidas concretas?

Han pasado tres meses desde la asunción de Alberto Fernández, Matias Lammens e Inés Arrondo como cabeza del poder ejecutivo, ministerio de deportes y turismo y secretaría de deportes respectivamente, situaciones que a varios de los lectores de esta web los ha hecho felices y a otros tanto, los ha contrariado.

Varios gestos se han visto en las redes sociales, algo esperanzador si se tiene en cuenta que la anterior administración no conocía ni siquiera donde encontrar un club de barrio y pensaba, definitivamente, en un deporte para unos pocos. Es así que clubes, deportistas, federaciones, gobernaciones y demás actores han visitado las instalaciones del CENARD y se han reunido con los popes del deporte.

A su vez, los gestos desde el poder ejecutivo en diversas declaraciones sobre la importancia de los clubes y la necesidad de una articulación con ellos, es motivo suficiente como para ilusionarse en las próximas medidas a tomar.

De todos modos, y pese a que los gestos son importantes, aún no vemos un impacto en torno a decisiones de fondo necesarias para que los clubes y determinados actores del mundo del deporte cambien sus realidades y tengan la posibilidad de pensar exclusivamente en el contenido que se le brinda a los pibes.

Las preguntas y las expectativas que surgen se dan mayoritariamente por la confianza que hay en las actuales autoridades y porque, a su vez, con tantos gestos uno espera que el impacto de nuevas políticas deportivas lleguen al terreno, algo que hace tiempo no vemos.

«Hemos visto en la primera etapa como se analizó lo encontrado. En la segunda escuchar a los distintos sectores tanto desde el ministerio de desarrollo como en el de turismo y deportes y en la tercera, empezar a hacer caminar algunos programas que están relacionados con armar mesas distritales para debatir, discutir y proponer en el lineamiento de la formación, de los funcionarios y esperar la evolución de lo macroeconómico y el acuerdo con el fondo, cerrar la planificación deportiva», explicó Aníbal Sosa de la Escuela Deportiva Barrios Unidos e integrante de la Federación Mendocina de Clubes de Barrio.

Las tarifas siguen impagables, los clubes siguen respondiendo

Pese a todo y a las varias reuniones que vienen llevando a cabo, cada mes es un martirio para los clubes que reciben tarifas impagables que vienen sin aumentos, pero que las sumas que se encuentran, distan de poder tener una situación financieramente organizada.

De hecho y más allá de ver a Matías Lammens ponerse la camiseta y hasta jugar personalmente el partido preocupándose por hablar con las energéticas y que así le restablezcan el servicio al club DAOM, el gesto quedó lejano y fue agua en el desierto para las instituciones que mantienen las problemáticas.

Entonces, no se entiende que falta para la reglamentación de la ley 27098 de clubes de barrio y pueblo, votada en 2014, olvidada por Macri y que determina un cuadro tarifario especial para los clubes, el cambiar la actual burocracia existente a la hora de presentar los papeles para regularizar las situaciones de las instituciones y, entre otros puntos, recibir diversos subsidios para la adquisición del material deportivo necesario para la práctica de los chicos.

Esa reglamentación resulta fundamental y todavía, a tres meses de gestión, ni siquiera hay respuestas de porque continúa cajoneada y, conjuntamente, sin explicación alguna por parte de las actuales autoridades de porque no se implementa.

Ante ésto y no sin antes destacar la apertura al diálogo por parte de las autoridades, Cristian Font del Observatorio Social de clubes de Barrio y afines fue claro: «Los clubes transitamos cuatro años de muchas complicaciones, con un modelo que venia a privatizar cada club y el deporte y lo que notamos con este cambio de gestión con todas las expectativas que se generan es que mejoró el diálogo institucional. Fuimos escuchados por todos los ministerios pero no vemos cambios de fondo. Sentimos un estado que esta paralizado por la negociación de la deuda, entendemos que entre las urgencias hay que poner en funcionamiento el aparato productivo y hay que atacar el hambre. En el deporte las urgencias son los clubes y hoy en día no hay ninguna medida que nos permita decir que se ha avanzado».

Y agregó: «Siguen los cortes de servicios, siguen las boletas impagables, sigue la crisis económica a través de la reducción de la masa societaria, no hay política pública ni a través de subsidios, ni en entrega de material deportivo ni de ninguna acción que genere para los clubes algo en concreto. Hoy en día encontramos con varios colegas un descontento y un desencanto porque entendíamos que las medidas tenían que ser urgentes. Nosotros comprendemos, pero no podemos seguir funcionando en el estado de gravedad que veníamos funcionando».

La función social de los clubes sigue en pie

A pesar de todas las problemáticas existentes, las urgencias de los chicos no entienden de negociaciones con el FMI y son usuarios en lo cotidiano de los clubes de lo deportivo y de los social al ir a merendar. Las familias, por su parte, también asisten para comercializar productos y encontrar un espacio en pos de realizar trueques.

Conjuntamente, niños y adolescentes encuentran en las instituciones diversos apoyos escolares, jornadas para combatir la violencia de género y tantos otros aspectos que cubre el club y en espacios donde en muchas situaciones no llega el estado.

Es por ésto que las urgencias son otras. Los clubes, lisa y llanamente, necesitan de un trato central a la hora de la planificación deportiva y a su vez coordinar con otros actores, como los ministerios de Desarrollo Social, Salud, Educación y Obras Públicas, así como también con el Conicet en busca de investigaciones u otros ejes centrales de la política.

El Cenard no se vende, pero Werthein sigue firme

El año pasado la comunidad deportiva se encontró con la posibilidad de la venta de los terrenos del Cenard y gran parte de los actores pegaron un grito en el cielo y se movilizaron en pos de que ésto no se lleve a cabo.

A algunos metros de ahí, el grupo Werthein se había quedado con una de las tierras mas caras de la ciudad, las del Tiro Federal, que quedó en manos del Buenos Aires Landmark, una firma integrada por la familia del actual presidente del Comité Olímpico Argentino y la familia Sielecki, con quien además maneja el negocio del transporte de gas en el pais.

La venta del CENARD probablemente correría la misma suerte. Tendría a los mismos actores quienes se quedarían con tierras para hacer un mega proyecto inmobiliario y el deporte en su conjunto se quedaría sin un espacio fundamental para su práctica y desarrollo profesional.

Gerardo, siempre camaleónico y reconvirtiéndose según el color político de turno, en declaraciones a Clarín allá por el 2018 manifestó lo siguiente ante la posibilidad de la mudanza del Cenard a tierras de Villa Soldati: «Soy pragmático y creo que nunca hay que duplicar gastos. Si tengo plata para una pileta, por ahí no tengo plata para bancar dos. O ponemos el dinero en la preparación de los atletas o gastamos en infraestructura duplicando innecesariamente. Hay que tomar una decisión. Claro que hay un acostumbramiento y atletas más grandes alquilaron un departamento más cerca del CeNARD, pero quizá puedan alquilar cerca del otro. Y son poquitos los que pueden alquilar… Tenés que ser un consagrado. El resto debe vivir en un cuarto en el CeNARD, donde los chicos duermen con la almohada apoyada en la Lugones. En el nuevo Centro habrá un hotel para 500 personas, una escuela y el hospital con especialización en traumatología. Pero nadie tiene el derecho de imponer. Lo que vale es el consenso».

Resulta extraño como se reconvierte este empresario y hoy no se pronuncia al respecto. Este humilde periodista esperaba, al menos, ante una jugada demasiado alevosa en detrimento del deporte argentino, que se corra del medio o bien que le dé la posibilidad a otros actores que no hayan osado quitarle un espacio tan importante al Alto Rendimiento del país.

Mientras tanto y en una jugada enteramente de la actual gestión, el Cenard continúa donde siempre estuvo. Poroto a favor de Lammens, Arrondo y las autoridades deportivas.

¿Cuánto debemos esperar?

Se entienden las urgencias ante las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Se entiende que quizás hay varias planificaciones pendientes ante una tierra arrasada. Se entiende que hay que articular demasiadas estructuras que a su vez tienen sub estructuras.

Entendemos y esperamos ante diversas urgencias de gestión, pero, la pregunta nos surge como le surge quizás a varios de los actores del deporte.

¿Hasta cuanto debemos esperar para conocer de que se trata el plan de acción?¿Cuáles serán los ejes centrales de la política deportiva?¿Habrá una política especial para los clubes de barrio?¿Qué pasará con las energéticas que aún hoy continúan cobrándole fortuna a los clubes?¿Qué pasa si no hay acuerdo con el FMI y no hay dinero para sustentar las bases del deporte?

Hay tantas otras respuestas que nos gustaría leer. Seguiremos esperando. De todos modos soy coincidente con el actual gobierno. No me da lo mismo tener o no tener a Macri o algún actor del neoliberalismo de presidente.

Soy coincidente y apoyo a la actual gestión. Una nueva y última pregunta me surge. Trazando un paralelismo con el mensaje que reina en nuestro día a día, ese que dice que primero hay que atender a los que menos tienen para luego llegar a los que más tienen. ¿No deberíamos estar atendiendo la necesidades de los clubes y las bases para luego atender al resto?

Hoy, creo que ésta debería ser la prioridad.