Balance 2022: ¿Cómo fue el año de los Clubes de Barrio?

El mundial ganado por Argentina puso a los Clubes nuevamente en lo más alto de la consideración de la sociedad pero, ¿realmente fueron valorados por el gobierno nacional?. Diversos dirigentes de organizaciones dejan sus puntos de vista y que fue lo que faltó para que sea considerado un buen año.

Se cierra el año y los Clubes de Barrio entraron nuevamente en la consideración de los grandes medios de comunicación y el conjunto de la sociedad al confirmar su valía ya que fueron los grandes formadores de los 26 jugadores que levantaron la Copa del Mundo obtenida en Qatar.

De todos modos, esas instituciones no pasan por el mejor momento. Luego de cuatro años en los que el gobierno de Mauricio Macri complicó de sobremanera sus economías a través de diversos tarifazos, la gestión de Alberto Fernández aún no pudo -ni supo- como recomponer una situación compleja, apremiante y contar con un proyecto deportivo a mediano y largo plazo.

La herramienta de los programas nacionales fue tan auspiciosa como elitista ya que benefició solo a aquellos clubes que se encuentran inscriptos en el Registro Nacional, una herramienta de difícil acceso y que en tres años apenas sumó a menos de dos mil quinientos clubes.

Dentro del saldo positivo se encuentra la confirmación de subsidios a los servicios públicos implementada por la Secretaría de Energía y el Ministerio de Economía. En tiempos de crisis económica y social, tener previsibiliidad con relación a aumentos tarifarios regulados es un punto clave.

Por otra parte, es innegable que este gobierno visibiliza a los clubes como grandes actores de la sociedad y comulga por qué los las instituciones sean Asociaciones Civiles sin fines de Lucro contra el modelo privatizador y de Sociedad Anónima que militan otros espacios políticos. Aún así clubes como San Lorenzo, Los Andes y El Porvenir padecen crisis institucionales sin precedentes y desde las esferas del deporte ni siquiera se encuentra un mínimo pronunciamiento.

Hay Equipo, Clubes en Obra, el Primer Encuentro Nacional de Clubes o la Unidad de Asistencia son algunas de las ideas impulsadas por el equipo de Matías Lammens aunque a ellas solo pudo acceder un porcentaje menor de la masa total de instituciones a lo largo y ancho del país. Esa dinámica de participación no cambió en los tres años de gestión pese a contar con equipos profesionalizados y recursos millonarios para, al menos, hacer un «blanqueo administrativo» e incluir a cuanto club haya en territorio nacional

Pablo Gerez es integrante de la mesa de Unidad de los Clubes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Federación de Entidades Sociales y Clubes de Barrio Unidos e integrante del Consejo Asesor del Deporte, según su mirada desde hace un tiempo la realidad se estabilizó: «Los clubes hoy atraviesan una situación económica un poco más estable después de salir de la pandemia Hemos pasado por los tarifazos la pandemia lo que nos desequilibró totalmente nuestra economía. Si bien la actualidad es muy difícil por el factor inflacionario, está un poco estabilizada, la gente se ha volcado a los clubes y otra vez estamos funcionando casi en plenitud».

Según Cristian Font, presidente del Observatorio Social y Económico de Clubes de Barrio y Afines, el año transcurrió entre luces y sombras: «Hacer un balance del año de los clubes resulta dificultoso sobre todo por los éxitos deportivos cosechados y que tapan un poco la realidad diaria. Podemos ver a grandes rasgos que los clubes siguen padeciendo los mismos problemas que años atrás, una gran dificultad para vincularse con el estado y recibir ayudas ya que tan solo el 15 o 20% de los clubes del país han podido acceder algún beneficio a nivel nacional. Por otra parte los municipios y las provincias hacen lo que pueden, no existe aún una política pública a nivel nacional que sea sea un ordenador y que permita que Municipios y Provincias y Nación trabajen articuladamente para llevarle beneficios a los clubes, eso hace que el funcionamiento diario en el marco de la crisis generalizada no solo a nivel país sino a nivel provoca que los clubes sigan atravesando la situación económica muy compleja».

Para Leo Militello, Presidente de la Federación de Organizaciones Deportivas, Presidente del Club 17 de Octubre e integrante de la organización Defendamos los Clubes, la situación no ha cambiado demasiado desde 2015: «La problemática de los clubes de barrio hoy no es muy diferente de la que esta atravesando la sociedad argentina en su conjunto. Las instituciones atraviesan dificultades económicas y las familias que participan de los clubes también se han visto afectadas en acceso a bienes materiales y simbólicos desde el 2015 hasta hoy. Esto se agrava más aún a medida que nos alejamos de las grandes ciudades y visitamos barrios y pueblos del interior profundo. En este contexto los clubes se han sabido cargar la mochila en esta historia y estar a la altura de las circunstancias.  Han tomado la responsabilidad de asistir, contener y formar chicos y jóvenes de una extensa franja de población a lo largo y ancho de nuestro país luego de tres periodos: el neoliberalismo, luego la pandemia y por ultimo la inflación».

«El balance termina siendo positivo por los logros deportivos y por haber conseguido poner el alto el valor de los clubes en logros deportivos y que esos deportistas enarbolen nuestras banderas», explica Font y agrega: «Tanto Manu Ginobili y su ingreso al Salón de la Fama como el Mundial ganado en Qatar representaron el espíritu formador que tenemos. Si a eso le sumamos el rol que tuvimos a la salida de la pandemia de revinculación entre nuestros socios, nos permite tener un balance positivo pero con cada vez menos espalda las dificultades que seguramente se agudizarán por la inflación y la crisis económica».

Militello, por su parte, detalla: «A pesar de las dificultades y como saldo positivo vemos que los clubes han crecido en estos años en organización e institucionalización. Sus dirigentes y dirigentas buscan formarse, empoderarse y tomar un rol protagónico en cada comunidad. Vemos hoy que la problemática de los clubes de barrio y pueblo es parte del debate y de la agenda publica y la comunidad acompaña, legitimando nuestros reclamos. En estos últimos años han proliferado potreros y espacios deportivos en los barrios mas necesitados que hoy están haciendo un gran esfuerzo para constituirse como clubes. Y cuando leemos notas periodísticas que dan cuenta del origen y de  formación inicial de nuestros campeones del mundo, entendemos que hemos ganado al menos una batalla».

La mirada en 2023

El 2023 será un año largo y complejo. A las obligaciones pendientes tras el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional se suman un ajuste en materia presupuestaria para la partida que le corresponde al deporte y las dudas sobre la continuidad de programas que ayudaron a parte de los clubes, un combo que no avisora un futuro demasiado prometedor.

Según Cristian Font, es clave un cambio en el accionar del Ministerio: «Necesitamos que las autoridades nacional encuentren nuevamente la brújula que les permita pensar y construir y sobre todo integrar al sector y los que conocen la realidad por la que transitamos y podamos tener una política pública que nos ordene y que ordene todas las acciones que se hacen a nivel provincial y municipal para que los clubes puedan seguir funcionando de la misma manera».

Coincidentemente, Militello, insiste que deben discutirse temas de fondo: «Estos ultimos años se han desarrollado federaciones y organizaciones deportivas como Foda que es nuestra federación y otras tantas que han sabido unir y canalizar las demandas y luchas de los clubes en distintos lugares del país. No es ocioso entonces entender que como respuesta a esto el Estado nacional y algunos estados provinciales y municipales coloquen a las políticas deportivas en un lugar mas preponderante -aunque insuficiente- al que el que tenían hace una década atrás. Y aunque hemos visto avances importantes en asignación de presupuestos y con la implementación de políticas como el clubes en obra, el programa hay equipo y el potenciar deportes todavía esperamos el reconocimiento de los clubes de barrio como eslabón fundamental, luego de la escuela, en la formación integral de nuestros niños y adolescentes. Seguimos esperando el cumplimiento efectivo de la ley 27.098 o de futuras leyes que la superen».

Por último, Pablo Gerez cree que es clave la continuidad de aquellos programas que son una marca de la actual gestión: «Necesitamos que cada uno de los programas como Clubes en Obra y Hay Equipo se profundicen. A su vez, y teniendo en cuenta el gran logro obtenido por el Seleccionado Argentino en el Mundial, el estado debería rever los derechos de formación de los chicos que hoy solo lo cobran los clubes que esta afiliados a la AFA y no lo pueden recibir o percibir los clubes que son donde verdaderamente arrancaron esos jugadores».

Un año intenso para el conjunto de los Clubes. La reglamentación de la ley 27098 aún duerme en un cajón y hasta quedó desactualizada y la apremiante situación económica se siente en las instituciones. Aún así, los logros deportivos han sido claves para que vecinos y vecinas encuentren a sus clubes como los lugares de referencia donde relacionarse y así pudieron mantener y/o elevar el número de socios.

Para el 2023 solo queda confiar en que el estado -como casi siempre- navegue como pueda en un océano de imprevisibilidad. Sin planificación a mediano o largo plazo, la estructura comandada por Matías Lammens deberá cambiar el rumbo de barco y subir a bordo al total de los clubes algo que a esta altura del camino no se avisora en el horizonte.