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«Larreta habla de abrir los clubes porque para él es lo mismo Megatlon que Franja de Oro»
El secretario general de Franja de Oro pide presencia del estado porteño porque los clubes están en peores condiciones sanitarias que antes de la pandemia.
La zona sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es tierra históricamente relegada. La bonanza económica de los gobiernos de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta podría haber provocado la integración plena de las comunas olvidadas y que hoy parecen pertenecer a otra ciudad pero nada de eso estuvo plasmado en realidades.
Daniel Pacin es un histórico referente de la zona Sur. No solo por su trabajo social sino porque es el secretario general de Franja de Oro, uno de los clubes más importantes de la Ciudad y voz autorizada a la hora de analizar la situación deportiva y social. Poner en palabras el padecimiento constante, el olvido permanente de Rodríguez Larreta que adorna las calles de globos amarillos pero que no ha mejorado sustancialmente la vida de los vecinos y vecinas.
Y ese olvido se refleja en la desidia que viven los clubes de barrio que hoy son puestos en el centro de la escena para que abran sus puertas pero que durante siete meses fueron completamente ninguneados.
«La situación sanitaria de los clubes hoy en día es preocupante porque vemos que de acuerdo al relevamiento de la Confederación Argentinas de Clubes y el Observatorio en conjunto con la UNDAV en el 50% de los clubes hay deficiencias en los vestuarios y baños. No tienen las dimensiones necesarias o bien están a medio terminar. Que el vestuario sea chico complica la situación así como la imposibilidad de tener agua. Esto pasa porque durante los últimos cuatro año del gobierno de Mauricio Macri, los clubes no pudimos invertir un solo peso en mantener nuestras instituciones ya que tuvimos que utilizar cada ingreso a servicios y esa falta de mantenimiento con obras a medio hacer ahora lo vamos a sufrir en la reapertura de nuestras instalaciones», destacó el dirigente.
Preocupa la actitud municipal. Una Ciudad Autónoma de Buenos Aires que no tiene plan deportivo y que encima miente y arma un relato de «favorecer a los clubes» pero que a la hora de analizar la letra chica otorga un subsidio escaso gracias a una partida que, en principio, estaba destinada por ley al Consejo Asesor del Deporte. Ese consejo esta nutrido con un presupuesto votado anualmente y que en esta situación particular le suprimieron millones que debían destinar a proyectos de clubes para inventar un «subsidio por pandemia».
Ese es Larreta, ese es el proyecto deportivo de la ciudad, ese es el relato constante y esa falta de articulación con los clubes que son la vida de las comunas.
«Con la Confederacion Argentina de Clubes tenemos algún que otro diálogo con funcionarios del área de deportes de CABA y la comisión de deportes de la legislatura, pero no más que eso. Una relación formal y correcta. Falta la voluntad por parte del gobierno de juntarnos a todos como cuando estuvimos antes de la pandemia donde si coincidimos todos los representantes y que nos llamaron para que levantemos la mano y votar el subsidio que nos iban a otorgar. En esa votación desde la Confederación estuvimos en disidencia por que ese dinero venía del consejo asesor y no de una partida extraordinaria pero lamentablemente hubo muchos compañeros que votaron favorablemente y que pese a que coincidimos ideológicamente no tenemos la misma visión estratégica (NdeR: La otra gran agrupación que nuclea clubes en CABA es Defendamos los Clubes -FODA liderada por Guido Veneziale que votó afirmativamente la decisión de Larreta y su equipo).
A la hora de pensar en la reapertura de los clubes, Pacin es cauto: «No creo que los clubes estén en condiciones de abrir. Ni acá en CABA ni en los puntos críticos del país. No pueden abrir porque estamos igual o peor que antes de la pandemia. Hoy los protocolos de clubes nos lo hizo llegar la defensoría del pueblo y nos va a costar poder adaptarnos a ese protocolo más los de cada actividad por lo que genera en gastos por ejemplo de insumos».
Y agregó: «Hay otro punto más porque no solo vienen chicos, sino también vienen jóvenes, adolescentes que desarrollan actividades competitivas y que pese a que AFA paga el hisopado ya el tener un médico tres horas de entrenamiento los cuatro días de la semana sería un desembolso imposible de dinero. Además le estamos sacando un médico al sistema sanitario. Es decir una locura por donde se lo mire. Hay algo además que es tragicómico y es que no hay programada competencia. No hay fecha cierta de algún tipo de torneo que la AFA quiera inventar. Hoy Franja de ORO ha tomado la decisión de no regresar a las actividades y prevalecer la salud de jugadores, cuerpo técnico y demás allegados, a esta trasnochada idea de la AFA de que vuelvan a entrenar estas divisiones de futsal generándole gastos a los clubes, mas allá de que AFA ha dado algún aporte monetario. No se le ve sentido cuando no hay competencia en ninguna actividad».
Al no haber certezas para uno de los referentes de Franja de Oro se deberían estar pensando en otros puntos más importantes: «Me parece que acá hay que empezar por armar las instalaciones para la nueva normalidad. Armar los espacios en común, los vestuarios, los buffet, la secretaria donde te atienden, en todo vamos a tener cambios. Para eso necesitamos la ayuda del estado. Que no nos dejen a la deriva. Nosotros desde la Confederación estamos proponiendo en un proyecto de ley que durante los primeros seis meses del próximo año cada uno de los 212 clubes que están registrados en el registro de clubes de CABA reciba 50 mil pesos de ayuda. Esperamos de todos modos que las autoridades lo plasmen antes en una resolución y no esperar la burocracia de una ley. Es importantísimo ese dinero para acondicionarnos a las nuevas normas y de alguna manera tener un colchón porque no van a concurrir el 100% de los chicos a realizar las actividades y los servicios si vamos a tener que utilizarlos en su plenitud y por consiguiente los valores de las boletas van a seguir siendo muy altos».
En ese sentido, el dirigente cree que es central una etapa de organización en lugar de regresar a cualquier precio: «Tendremos que readaptarnos todos y con eso los ingresos van a ser bajos, el buffet va a tener ingresos bajos, el salón no se va a poder alquilar para fiestas y asi cada ingreso que tenemos extra en el club. Lo que proponemos es empezar el año que viene a partir del mes de febrero, pero previa ayuda del estado que nos provea lo mínimo e indispensable. En el 15% de los clubes que no tiene en condiciones sus sanitarios el estado se tiene que hacer presente y hay que terminar de forma inmediata. Cuando hablamos que CABA es distinta de la Av Rivadavia para un lado y Av Rivadavia para otro, pasa lo mismo con los clubes de barrio que no son los mismos por el entorno y por el poder adquisitivo de las personas que van a los clubes».
La diferencia que existe entre la zona norte de la ciudad y la zona sur también se nota en los clubes: «El proyecto que presentaremos contempla que para los clubes de las comunas del sur el subsidio en lugar de 50 sea de 75mil por que son los clubes que más lo necesitan. Que ese 15% que están en las comunas del sur, las que hace más de 12 años son las mas olvidadas sean las más contenidas. Porque la diferencia de oportunidades y posibilidades se nota en la sociedad y eso se ve reflejado en los clubes. Por el poder adquisitivo de los dirigentes, por el de los socios, es natural. El club es el reflejo del barrio. El club es la ventana del barrio. Vos entras a un club y ya conoces un barrio».
Conjuntamente pidió cordura a la hora de pensar en el regreso a la actividad: «Somos consientes que hay que empezar a abrir las puertas, pero no hacer todo a los tumbos porque a los clubes van nuestros seres queridos, nuestros hijos, familias, amigos. No queremos poner en riesgo la salud de nadie. No queremos que a ningún club le falten insumos y señalizaciones con los protocolos, que estén planificadas charlas para darles a los padres una vez que abramos las puertas. No hay nada de eso. No hay nada planificado».
La preparación se vuelve crucial para no lamentar contagios y muertes en un ámbito como lo es un club con chicos, adultos y adultos mayores: «Nosotros desde la Confederación llamamos a la reflexión, hasta febrero, nuestras instituciones no están en condiciones y no es oportuno abrir. Y no lo digo como sanitarista, lo digo porque mi club esta igual que como estaba antes de la pandemia. Voy a otro club a visitar y esta igual que antes o peor. Porque estuvo 8 meses cerrado. Y así todos y encima endeudados. Ahí hay algo que esta mal. Porque no pueden estar igual. Adentro no puede estar igual porque no es ya la misma normalidad. Poder implementar los protocolos. Capacitar al personal de los clubes que son los que van a tener trato directo con la gente aunque en un club todos vamos a tener tratos con todos. Y además preparar charlas con los padres para darles tranquilidad y explicarles a ellos y a los chicos como es la nueva normalidad. Recién a partir de ahí es que se va a lograr que empiecen a venir los familiares y eso va a pasar cuando el club les de seguridad. Necesitamos esa capacitación y estar preparados de manera seria».
En ese sentido, el dirigente apuntó a la falta de acompañamiento estatal: «El macrismo en la ciudad no tiene plan deportivo y mucho menos para los clubes de barrio. Larreta habla de abrir clubes y para él es lo mismo Megatlon que Franja de Oro. No le encuentra diferencia, para él los dos son clubes. Porque no valora la cultura del asociativismo, que es una característica en las instituciones de nuestro país y que no se ve en el mundo».
Las noticias esconderán que sucede con el deporte en la Ciudad de Buenos Aires. También la falta de plan deportivo. En este juego del sálvese quien pueda porteño los clubes necesitan respuestas no solamente para sobrevivir en la pandemia sino para que la situación sanitaria no se agrave y después «ellos sean los culpables».
Hoy no hay medios que se animen a contarlo.
Los clubes están solos, sin recursos y con un estado que en lugar de acompañar exige reaperturas. Por suerte, esos clubes no solamente están compuestos por dirigentes responsables sino también por vecinos que entienden la situación, que saben que todo cae por su propio peso y que un día Larreta no estará y el club, como siempre, seguirá abriéndole las puertas.