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Poner millones para que no haya quejas
La visión cortoplacista del ministerio de deportes juega en contra a la hora de pensar el futuro de los chicos.
Plata por aquí, plata por allá.
Algunos cientos de miles de pesos para becas. Otra decena de millones para las federaciones. Otros tantos para un programa «histórico» de clubes de barrio elegidos quirúrgicamente para ir tapando huecos o devolver favores políticos.
Cada decisión que se toma es entregar de manera desorganizada y sin ningún tipo de planificación en pos de dejarlos contentos por un tiempo y no recibir críticas, al menos, durante algunas semanas.
Ese es el panorama que se ve hoy en el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación. Ese es el juego al que invita Matías Lammens e Inés Arrondo para «visibilizar» el «gran» trabajo que se está haciendo desde una estructura deportiva sin planificación alguna.
En las últimas horas se otorgó un 30% en las becas a los deportistas y treinta millones de pesos para las federaciones deportivas en pos de dejarlos felices durante algunas semanas y que no empiecen a ejercer presión a la gestión que menos trabajo ha realizado del total de carteras que tiene el gobierno comandado por Alberto Fernández.
Y es la que menos trabajo ha tenido porque no tiene logros. Hay clubes que han cerrado, hay escasos programas y hay una mirada que nuclea al mundo del deporte que critica por lo bajo pero que después acaricia la espalda de los directivos en las videoconferencias que se organizan y que para la tribuna invitan a creer que la realidad es otra.
Porque según cuentan los deportistas olímpicos y entrenadores no están muy felices que digamos. Las federaciones en off también ponen el grito en el cielo y los clubes, pobres, tienen que soportar el ninguneo y ver como Francisco Chibán, director nacional de clubes o Sergio Palmas, Subsecretario de Deportes de la Nación, se llenan la boca y llenan radios y diarios enalteciendo el trabajo que hacen para las instituciones.
Porque ni siquiera levantan el teléfono para interiorizarse de las problemáticas serias que vive el sector. Entre semana, un club platense sufrió la usurpación de parte de sus tierras. ¿Se apersonó alguien de la estructura nacional o alguien llamó a ese club para saber como acompañar?. NO, NADIE.
Al director nacional de clubes de barrio no solamente no se le conoce la voz mediáticamente sino que quien visibiliza los «logros» de los clubes es Sergio Palmas que muestra como éxito un programa que oficialmente creó en los últimos tres meses 4500 puestos de trabajo, llegó a 710 clubes y se invirtieron 500 millones de pesos.
Solo la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina tiene 450mil afiliados. Es decir que empleó al 1% del total de la masa de trabajadores de la construcción registrada nacional. En Argentina se estima que existen más de 20 mil clubes lejísimos del 10% de clubes beneficiados por el programa «histórico».
Aún con esa cantidad de clubes afectados, el «target» que se tiene para dar el subsidio es de los clubes con más posibilidades e infraestructura. O con papeles. No hay clubes caídos del sistema que sean escuchados.
Ya no alcanzan las notas tiracentros a diarios, radios y canales de televisión.
Ya no alcanza con llenar las redes de videos y pedirles a los clubes beneficiados que muestren en sus redes la gran transformación que significa hacer una tribuna.
No alcanza, además, porque hay 3500 clubes que han mostrado que pueden obtener el beneficio y Chibán y Palmas demoran el subsidio porque se quedaron sin partida presupuestaria.
O ya es conocido y vox pópuli que les piden a los secretarios de deportes de las provincias que no manden más papeles de clubes porque se quedaron sin recursos.
Es poco serio tener una política deportiva como la que tiene Argentina.
Ya era poco seria la política de Diógenes de Urquiza en la gestión de Macri y ahora no se modificó en prácticamente nada.
Es poco serio que no hayan puesto el grito en el cielo para que se reglamente la ley de clubes siendo que la estructura nacional debería bregar por tantas instituciones caídas del sistema. No alcanzan con las «visitas oficiales» si no levantan el teléfono para conocer las realidades profundas.
La pandemia le dio aire a Lammens y Arrondo. La salida de la pandemia se presume que los tendrá con la necesidad de brindar respuestas que hoy solamente dan selectivamente y para pedir que no se los critique públicamente.
Fueron cuatro los pedidos de entrevistas que este portal realizó. Vía telefónica, por correo electrónico y por watsapp. En algunas no hubo respuestas. En otras se excusaron por la «falta de tiempo».
Quizás Infancia Deportiva tiene tiempo y puede esperar, mientras seguimos recabando información que nos llega a diario de las tantas instituciones que carecen de acompañamiento.
Quizás los protagonistas reales, los deportistas, las federaciones y los clubes no tendrán ese tiempo que las autoridades piensan que pueden ganar poniendo millones de pesos en un lado o millones de pesos en otro sin ningún tipo de planificación.
Quizás es momento de hacer saber que la plata o los anuncios rimbombantes sin una planificación seria sirve de poco y nada.