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Lammens tendría los días contados al frente del Ministerio de Turismo y Deportes
Pese a que no estaba dentro de los elegidos por Cristina Fernández de Kirchner como uno de los funcionarios que no funcionan, Matías Lammens tiene los días contados como ministro de Turismo y Deportes y a casi un año de su asunción su experiencia culminaría con más pena que gloria.
Los fundamentos para su partida son varios, aunque según comentan desde Miguel Sánchez y Avenida del Libertador el ex presidente de San Lorenzo tiene el boleto picado por la falta de eficiencia en cuanto a sus políticas y ser la cara visible de una de las estructuras con mayor nivel de subejecución presupuestaria.
Este detalle no menor muestra la capacidad de un dirigente de gestionar y justamente desde el ministerio más remolón del gabinete los porcentajes de ejecución presupuestaría giran en torno al 15 y 20%. Solo comparable con el Ministerio de Hábitat que dirigía hasta mediadios de semana María Eugenia Bielsa.
Hablando con un integrante del área de Deportes me expresaba: «A nosotros nos ponen para saber en que gastar la plata, no para ahorrar. Si no gastas la plata que te mandan, hay miles de realidades que quedan a la deriva».
Y eso es lo que pasa en Turismo y Deportes, no solo no gastan el dinero, sino que miles de personas quieren tirar el portón abajo por la falta de respuestas.
Otro de los puntos centrales que se señalan es la pobre relación que tienen los equipos de trabajo de Lammens y Arrondo. El aire del día a día según cuentan se vuelve irrespirable tras aquella primera desilusión que le provocó a la Leona no ser quien comande el ministerio.
Esa diferencia de criterios, de miradas ya no solo es lo central sino que complica de sobremanera la gestión de recursos y la toma de decisiones.
Lammens, mientras tanto, se encargó de desmentir su salida y que si no se concretó fue porque se duda sobre quien será el reemplazante.
Los años de desidia y mirar de reojo el deporte provocan que hoy en día se carezca de cuadros fuertes y que quieran agarrar un fierro caliente como lo es Turismo y Deportes.
A su vez, la decisión de Alberto Fernández de juntar dos áreas incompatibles provoca que no haya un o una elegida que se pueda o quiera poner el traje. Arrondo, por cercanía con el presidente podría ser su elegida, pero encuentra la primer pìedra en el zapato con su nula experiencia en Turismo y la temporada veraniega al caer.
En las últimas horas el ex presidente de San Lorenzo salió a declarar que no es transcendente el tener un «padrino» o una «madrina» política. Expresó que lo importante es es la gestión, trabajar en equipo, que el equipo está fuerte para el desafío de la pospandemia y el cúmulo de frases de manual que tranquilamente podría expresar un jugador de fútbol luego de un partido importante.
¿El no pertenecer a una línea clara es un problema per se?, claramente NO.
El tema es cuando el apuntado que no tiene una línea política clara no puede mostrar ningún logro. Ahí propios y extraños comienzan a evidenciar algunas grietas y por esas grietas se filtran los análisis y potencian las carencias.
Por lo pronto, Lammens salió a jugar nuevamente en la ciudad. En varias notas puso reparos por la venta de los terrenos de Costa Salguero, celebró con orgullo y emoción el tratamiento del próximo jueves de la Ley de Rezonificación para el regreso del estadio de San Lorenzo a Boedo y busca posicionarse nuevamente como el referente porteño.
Deportes esta a la deriva. Sin plan, sin claridad, sin ejecución presupuestaria, sin saber como va a ser la salida de la pandemia ni como se proyecta el próximo año.
Hoy a Lammens le están contando hasta diez. Parece, sin temor a equivocarme, que el árbitro en cualquier momento para la cuenta y da por terminada la pelea.
