¿Subsistirán los clubes la llegada de la segunda ola?

La pandemia pone en jaque a las instituciones y el estado todavía está lejos de decir presente.

Asusta la desidia, la falta de información, de previsibilidad. Asusta imaginar que los clubes cierren nuevamente sus puertas sin ningún tipo de asistencia y sin la posibilidad de tener herramientas que les permitan subsistir ante la llegada de la segunda ola.

Y es que la pandemia no terminó. Escuchamos a diario las decenas de notas, las cifras escalofriantes de muertos e infectados y la publicación inminente de las nuevas medidas restrictivas provoca que los clubes queden expuestos a un hipotético cierre masivo si no son acompañados por el estado.

Los problemas que aquejan a las instituciones son sabidos y pese a que han intentado retomar de manera progresiva las actividades, es alto el temor que tienen los padres al contagio de sus hijos por lo que la afluencia y las consiguientes recaudaciones son ínfimas.

Desde que hubo cierto relajamiento del conjunto de la sociedad poco se hizo desde la cartera de deportes para prever este momento. Las autoridades pedían por favor en los medios para que se cumplan los protocolos y que se extremen los cuidados pero por otra parte para con los clubes no hubo medidas que les permitan cierto colchón que amortigüe una nueva crisis.

Esa falta de planificación provocó también que los clubes hoy no sepan que hacer. Una de los últimos manotazos de ahogado fue apostar las pocas fichas que quedaban a la temporada de verano de las piletas, pero estas hoy tan solo tienen un 20 o 30% de la actividad que acostumbraban. Lógico.

Según sus propios dirigentes hoy están trabajando a perdida ya que los ingresos lejos están de cubrir sueldos, facturas o demás gastos corrientes, ¿Y el estado?, ausente.

De hecho parece que las autoridades se tomaron ¿merecidas? vacaciones ya que tanto las redes como las apariciones públicas pasaron a un segundo plano tras aquel fin de año en el que con bombos, platillos y junto al ministro de economía Martín Guzman despedían la primera edición del programa «clubes en obra».

Hoy la realidad es que no se sabe a ciencia cierta que pasará con los ATP. Tampoco con las facturas. Tampoco con la suspensión de posibles cortes del servicio. Tampoco si habrá algún tipo de subsidio económico que caiga directamente en las arcas de los clubes y que compense la falta de ingresos de estos meses. Finalmente tampoco si ante la escalada de contagios se les impedirá que abran las puertas.

Básicamente no se sabe nada.

En realidad lo poco que se sabe es que esos pequeños paragüas que ayudaban a las instituciones desaparecerían aunque aún no hay información oficial al respecto.

Hablamos con diversos dirigentes de clubes de barrio de todo el país y con otras fuentes provinciales y las respuestas son siempre las mismas, «no se sabe nada».

Por lo pronto la segunda ola esta en plena vigencia. Los ruegos de las autoridades para que ésta no llegue no habrían dado demasiados resultados y los clubes, como siempre, esperan algún «favor» de las autoridades.

¿Llegará?, lo dudamos, aunque me parece que la respuesta es la que todos imaginamos y que varios clubes quedarán a la vera del camino cuando pase la famosa segunda ola.