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El futuro presidente se elige en Balotaje y no solo se eligen dos modelos de país sino también dos modelos de deporte. Acompañamiento del estado contra la privatización de los clubes, los dos modelos en pugna.
«El mundo es una pelota y nosotros hacemos los partidos». Esa es la carta de presentación de Guillermo Tofoni y World Eleven, la empresa que creó en 1994 y con la que gracias a invertir 200.000 francos suizos se convirtió sobre el final de la década del 90 en el primer agente latinoamericano FIFA habilitado para organizar partidos entre selecciones.
«¿Que Patricia me gusta? Sí, me encanta, pero no es la primera vez que lo hago. Me invitaron a cenas y almuerzos en Boca y en River por estas razones. Si mañana hace una Javier Milei, probablemente también me sume. Y si la hace Sergio Massa, lo pienso», le decía a Letra P un camaleónico Tofoni hace un par de meses, tiempos en los que el empresario depositó a la campaña de Bullrich 1.400.000 pesos.
Tofoni es hoy uno de los referentes que tiene Milei para su deporte junto a Juliana Santillán, flamante diputada electa con quien coincide en «privatizar» el deporte. La receta es vieja, impulsar las Sociedades Anónimas, un viejo anhelo de Tofoni y para lo que buscan algún nombre pomposo que cale hondo en la sociedad.
De hecho, hace algunos días, Milei retwiteó una nota que escribió el empresario en el medio «El Cronista» titulada «Dolarización y fútbol: la tierra prometida».
En ese artículo expone los hipotéticos beneficios que tiene para el deporte dolarizar la economía: «Ruge como en las increíbles sagas de Narnia, la venida de un León; son tiempos de cambios en Argentina y todo indica que Javier Milei sería el próximo presidente argentino. En esa dirección, la dolarizacion terminaría con la discusión en la industria del fútbol local, tanto salarial como comercial, el dinero producto de la exportación de jugadores no deberá liquidarse más al 50% perjudicando así a los clubes, luego técnicos y jugadores tendrán claro sus salarios, jugadores extranjeros aceptarán con mayor certeza jugar en Argentina si se convierte en realidad el proyecto».
Y continúa: «Impulsado por el Congreso será una oportunidad única de crear una ley para el management de los Clubes con inversiones nacionales e internacionales, asignatura pendiente en el fútbol Argentino porque cuando se quiso hacer fue a medias tintas y sin dar las garantías económicas y jurídicas del caso, como Mandiyú de Corrientes y Blanquiceleste en Racing».
El tandem Tofoni – Santillán busca un plan para el deporte que se traduce -y reduce-en fútbol, privatización, dólares, dinero y un hipotético futuro prometedor. Nunca lo piensa como un ordenador social, como un actor clave para que chicos y chicas se sientan contenidos.
Porque mientras se piensa en dólares, la realidad que vive el deporte es otra. Porque el estado se hace presente a diario y la necesidad que tienen TODAS las instituciones de recibir el acompañamiento de políticas públicas difiere de la idea mercantilista que pregona La Libertad Avanza, Tofoni y por supuesto Milei.
Las últimas gotas que rebalsaron el vaso fueron las últimas declaraciones en una entrevista con Eduardo Feinmann para La Nacion+ en las que Milei afirmó que se eliminarán TODOS los subsidios. El deporte y los deportistas, en ese escenario, sería uno de los grandes damnificados ya que es el estado quien vuelca recursos en diversos programas y facilita el desarrollo diario en cada una de las instituciones o ámbitos de recreación.
En esta semana, por caso, se desarrollan los Juegos Panamericanos en Chile. De la delegación forman parte 510 atletas (295 hombres y 215 mujeres) que compiten en 55 de las 60 disciplinas. Las becas con las que el estado acompaña a los deportistas no difiere de los deportes que son «redituables» de aquellos que no lo son, una lógica que el mercado no entiende.
A eso hay que sumarle, dinero que se le brinda a las federaciones, sueldos de entrenadores, cuerpos médicos, empleados administrativos, centros de alto rendimientos, etc. etc. etc. ¿Planea terminar con todo eso?
Es real que en este panorama, existe una necesidad imperiosa por potenciar becas, mejorar infraestructura y darle un fuerte espaldarazo al deporte, pero para graficar lo que propone Sergio Massa no hace falta ir muy lejos, hace falta rememorar el acto realizado en Obras Sanitarias en el que prometió cambios trascendentes para favorecer a los Clubes de Barrio y la comunidad en su conjunto.
Porque si hay algo a destacar de Massa es que en su plataforma se encuentran todos los actores y, además, la idea de avanzar con leyes que mejoran la vida diaria del deporte.
Esa comunidad deportiva y esos Clubes de Barrio aún tienen cuentas pendientes y reclamos para el peronismo. Fueron quienes depositaron toda su confianza en Alberto Fernández en 2019 y quienes necesitaban que haya un estado aún más presente. La gran diferencia se da en que Massa tiene una plataforma y una planificación con distintos lineamientos y en el 2019 era simples promesas en el aire.
El ex intendente de Tigre no solamente piensa al deporte como ganancia o perdida y esa esquizás la gran diferencia con el libertario. Cuando Milei, Tofoni o la diputada Santillán hablan de deporte lo hacen pensando en el mercado de los clubes grandes y ver como los privados se instalan en el país.
Con todos estos condimentos, con estos protagonistas y con dos modelos tan contrapuestos la comunidad deportiva deberá decidir. ¿Qué candidato elegirá?, aunque esperemos que antes llegue la certeza, Nunca fue tan fácil elegir.
