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La institución juninense y una muestra de sentido de pertenencia.
Un balde lleno de pintura se abre y un grupo de chicas bromea sobre quien será aquella que pinte más postes o metros de los paredones que dividen las instalaciones de la calle. Ese balde, inmediatamente se posiciona estratégicamente para que todas hagan el mismo esfuerzo y la tarea sea cumplida antes que un grupo de chicos llegue para comenzar las actividades.
La primera de las acepciones de la Real Academia Española dice que pertenencia es la relación de una cosa con quien tiene derecho a ella. Niños, adolescentes, adultos y abuelos, conforman un nexo exacto para que cada una de las piezas que conforman ese club, lo sientan como suyo y así es que el Club Atlético Ambos Mundos hoy muestra en Junín como el deporte une y se lo tenga como referencia no solo como un lugar donde se juega, sino que también se alimenta y se educa.
Y es que se alimenta porque cuando los chicos terminan de entrenar, los jugadores y directivos organizaron un merendero en donde tienen la posibilidad de seguir compartiendo un momento con sus compañeros y así que el lazo fraternal continúe y justamente ese sentido de pertenencia se potencie.Las chicas del fútbol femenino fueron justamente la que tuvieron la energía y la cabeza para comenzar a devolver todo lo que les fue dando el club en estos años. Desde abrir la escuelita, pensar las próximas obras o ver de que manera tener mejores resultados en sus objetivos deportivos.Los padres, los vecinos, los abuelos, también son de gran valor para el club porque son las patas fundamentales . Atienden la cantina, cobran las entradas, limpian las instalaciones o riegan las canchas en esos inviernos helados que dejan el césped amarillo y el piso que difiere poco del gris asfalto de las calles.
Son más de trescientos chicos los que comparten el lugar. Desde los más chiquitos de cuatro años hasta equipos de senior, pasando por las categorías sub 17 y todos, tienen la posibilidad de compartir jornadas de cine o diversos entretenimientos para no quedarse solamente con lo estrictamente deportivo y darle al barrio la posibilidad de sumarse al club.
La intendencia de Junin aporta mes a mes un subsidio y eso hay que valorarlo. De todos modos, son monedas comparado con las necesidades de un club que debe atender a los chicos, pagarles a los profes y seguir creciendo ya que tienen pensado abrir a la brevedad otro predio el cual está en obra.
Nacido el 22 de mayo de 1922, el club de la calle Córdoba -como se lo conoce en la ciudad- tiene en su presidente Daniel «Keto» Barco al hombre que empuja y toma las decisiones de seguir creciendo y tener una amplitud como para continuar proyectando y hacerse cada vez más grandes.
Les permite, además, conformar la Liga del Oeste y competir con otros diez clubes en el fútbol femenino, las categorías formativas, la sub 15, sub 17 y primera. La liga del Oeste, además tiene el seleccionado y los tres torneos anuales les permite tener una nivel alto en comparación con otras ligas. Además, el año calendario esta cubierto no solo con los torneos Apertura y Clausura, sino también como el nocturno que comienza en noviembre.
Dentro de sus necesidades, la infraestructura esta primera en la lista y así contar con mayores comodidades para los chicos. No solo materiales para las obras y pinturas, sino también las pelotas reglamentarias, conitos, pecheras y elementos para la práctica deportiva.
El Club Atlético Ambos Mundos es una muestra de lo que se genera con el sentido de pertenencia y un club. El verde, el blanco y el rojo no solamente están en las camisetas cuando les toca jugar un partido el fin de semana sino que en el día a día, los chicos, los adolescentes y los adultos piensan que ese club puede ser aún más grande y ellos, quieren ser protagonistas de esa historia.
