Una bala, el fútbol y un niño que pelea por su vida

El caso de Benjamín Biñale fue la muestra más reciente de la violencia que se vive en algunos barrios de Rosario.

Apache, La vida de Carlos Tévez, es un éxito de taquillas no solamente gracias a la publicidad que la plataforma Netflix puso en cada medio de comunicación y en las calles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sino porque también la historia que puede verse en pantalla es interesante, atractiva y muestra como desde la marginalidad un chico puede triunfar y alejarse de lugares en los que la violencia y la droga están presentes.

En los barrios marginales de Rosario, esa violencia, droga y lucha por el poder se visibilizan desde hace varios años con la llegada de bandas narcos que pelean por el territorio y en las últimas horas, la ciudad capital de la provincia de Santa Fé se encuentra paralizada debido a que los limites se corrieron aún más y una bala perdida alcanzo en el calentamiento precompetitivo a Benjamín Biñale, un niño de ocho años, que inmediatamente cayó al suelo para preocupación de todos los presentes.

Las primeras informaciones, decían que el niño había sido trasladado al hospital Víctor J. Vilela por una descompensación producto del hambre, pero con el correr de las horas, el propio padre de Benjamín aclaró que una bala perdida que ingresó a su craneo fue el motivo de su internación más allá de aclarar que lejos de encontrar motivos, lo único que quiere es que su hijo se recupere.

La canchita del club club Pablo VI ubicada en la intersección de las calles Garzón y Seguí fue el lugar en el que Benjamín se desplomó el pasado sábado y a partir de ahi no solo se puso en evidencia la falta de claridad a la hora de informar, sino también como la violencia, también golpea fuerte en reductos a los que antes, este tipo de situaciones no llegaban.

La realidad, a su vez, marca que al hospital de niños Victor J. Vilela ingresaron en 2017 un total de 23 niños baleados y pese a que en el 2018 la cifra descendió a 17, en lo que va de este año esos casos ya se encuentran a punto de ser igualados.

De todos modos, uno de los referentes de los clubes de barrio en Rosario y presidente del Club Banco, Alberto Massari, trato de poner énfasis en lo accidental del hecho aunque también pidió un estado que aborde las problemáticas que se generan en los barrios y que ahí si pueden preverse un tratamiento más profundo de la violencia.

«Nos solidarizamos con la familia de Benjamín y además esto que le pasó es ajeno a los clubes y al fútbol, que no tiene ámbitos violentos porque al año se juegan 40 mil partidos y los incidentes son esporádicos. Es la sociedad la que está degradada, porque la inseguridad está latente para un chico, para un taxista, para quien anda en la calle. Los clubes han sufrido robos seguramente de quienes viven cerca y hasta asisten a esas instituciones», destacó Massari al diario La Capital.

Y agregó: «No hay asistencia gubernamental, cada club está librado a que avance a pulmón cuando en realidad allí se contiene a los pibes. Así estamos, sin ayuda no sólo por la seguridad, sino por todo».

Por su parte, en declaraciones radiales al programa «Zysman 830» de La Ocho, el titular de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Giammaria, plantearán en las próximas horas la posibilidad de que se suspendan todas las actividades en el fútbol infantil hasta que el niño regrese a su casa.

Además, las cadenas de oración se multiplican y Maxi Rodríguez, ídolo de Newell’s Old Boys y Ángel Di María, referente de Rosario Central, enviaron sus videos para apoyar al niño y a su familia en horas cruciales.

Más allá de las diversas declaraciones y de las tantas otras informaciones, el estado de salud de Benjamín es crítico y se espera a las próximas horas para que como el Apache Carlos Tévez en aquel barrio Carlos Gardel donde se sobrepuso de un incendio accidental, tenga una segunda oportunidad y cuente con el fútbol, el club y el barrio como un medio para cumplir cada sueño que se proponga.